Jon Lomberg

Al fondo nos encontramos con el rincón personal del artista.

 

Las obras NO! y SUNRISE expuestas en este panel protagonizaron el primer contacto entre Jon Lomberg y Carl Sagan. En 1972, Lomberg le envió estas obras con una larga carta de admiración por los trabajos de Sagan en astronomía y SETI, temas por los que Lomberg sentía fascinación. Este, a su vez, le respondió expresando interés en la obra del artista e invitándole a quedar unos días más tarde en el aeropuerto de Toronto, donde Sagan tenía una conexión de vuelo en su regreso a Nueva York tras un viaje a Canadá para observar un eclipse.

 

La anécdota del encuentro es que Sagan había olvidado mencionar en su carta el número de vuelo o la ciudad de procedencia. Sin forma de contactar y sin conocer cada uno la apariencia física del otro, el encuentro parecía condenado al fracaso. Lomberg pensó que, curiosamente, se trataba de un problema con muchas similitudes al de SETI. ¿Cómo podrían encontrarse dos personas que se están buscando sin haber acordado un punto de encuentro? Lomberg tuvo la idea de escribir en letras muy grandes la ecuación de Drake sobre su carpeta y pasearse con ella por el aeropuerto. Esta ecuación está relacionada con la probabilidad de encontrar vida en el Universo. Sagan había participado en la reunión de “la Orden de los Delfines” en 1961, donde Frank Drake presentó su famosa ecuación. Lomberg la conocía gracias al libro Vida inteligente en el Universo, de Sagan y Shklovski, que leyó en 1970 y le causó profunda impresión. La estrategia dio resultado. Sagan reconoció la referencia, se acercó a él y ambos se enzarzaron en una conversación de dos horas sobre astronomía, arte y literatura.

 

Justo antes de marcharse, Sagan le explicó que estaba preparando un nuevo libro de divulgación (el que a la postre sería “la conexión cósmica”) y le propuso colaborar: “¿Te gustaría hacer las ilustraciones? Piénsatelo y, si tienes interés, ven a verme a Ithaca”. Y así comenzó una estrecha relación que mantendrían hasta el final de sus días.

 

En este rincón se pueden observar esos primeros trabajos que Lomberg envió a Sagan, así como algunas otras obras más personales del artista, no relacionadas con su colaboración. En particular, el traje intergaláctico es un guiño humorístico a la ciencia ficción de los 80.

 

Se pueden observar también fotografías y recuerdos del artista en diferentes momentos mientras realiza su trabajo.

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